GRADOS OLVIDADOS DE LA MARCA




Hace ya bastante tiempo tratamos en este blog el grado de La Marca. Los que queráis podéis acceder a esa entrada en este enlace:






Sin embargo, en esta ocasión vamos a profundizar un poco más en la pléyade de grados de Marca que existieron durante el siglo XVIII.

Los grados masónicos tradicionales provienen mayoritariamente de tres fuentes ya practicadas por los operativos (dejamos al margen los numerosos grados creados en Francia, Alemania, EE.UU. e incluso Inglaterra ya a partir del siglo XVIII). Estas tres fuentes eran:

1) La Palabra de Masón y los Antiguos Deberes. De aquí surgen los tres Grados Simbólicos.

2) El Arco Real. De aquí surgen los grados capitulares más antiguos (Arco Real, Maestro Escocés de San Andrés, Caballero de Oriente, etc.).

3) Grados de Marca y Harodim. En este caso se trata de una serie de grados que surgieron de manera autónoma en Irlanda, Escocia y el norte de Inglaterra, en el que los masones operativos plasmaron muchas de su tradiciones religiosas y espirituales. Hoy en día el gran grado superviviente de esta familia es La Marca; pero en su origen hubo muchos grados distintos de Marca.


Un artículo del Scottish Freemason publicado en 1895 perfilaba los grados originales escoceses de la Marca, que se conferían según el grado que se tuviese:

Compañero                                     Marca de Compañero
Maestro Masón                               Maestro de Marca
Arco Real                                        Marca Fugitiva
Caballero Templario                       Marca Cristiana


Actualmente el grado de Marca consta de dos ceremonias, una primera en que se confiere la Marca al Compañero, y una segunda ceremonia donde se confiere el grado de Marca, el cual gira en torno a una piedra encontrada que, precisamente, no tiene Marca alguna. El contenido del grado de Maestro de Marca ya fue analizado en la anterior entrada sobre la Marca. Sin embargo vale la pena detenerse en el grado de Marca Fugitiva, que se confería a los Compañeros del Arco Real, y la Marca Cristiana, que se confería a los Caballeros Templarios (grado que exige una profesión de fe cristiana y trinitaria).

La Marca Fugitiva se realizaba trazando un triángulo desde la frente hacia afuera con el índice de la mano derecha. La respuesta se daba realizando el mismo signo de manera idéntica pero con la mano izquierda. La marca se trazaba dibujando un triángulo con un vértice hacia uno mismo. Sin embargo, cuando era preciso utilizarlo en la realidad había dos maneras de hacerlo: la primera forma consistía en doblar un papel en forma de triángulo, manteniendo un vértice hacia el propio peticionario, y diciendo «Yo llamo» (I call), a lo que se debía responder «Yo acudo» (I come). La segunda forma consistía en dibujar en la mesa un triángulo con un vértice como ya hemos mencionado, a la espera de ver lo que hacía el interlocutor, el cual, de hallarse en posesión del grado, dibujaría otro triángulo apuntándole a él mismo. Este grado se empleó tanto en Irlanda como en el norte de Inglaterra durante las revueltas jacobitas, lo que nos lleva a pensar que, del mismo modo que la Masonería de los Modernos tenía un sesgo hannoveriano, la de los Antiguos podía tenerlo jacobita. Posteriormente pasó a conferirse en logias de Nautas del Arca Real, donde el Noé oficiante recordaba a los masones el deber de ofrecer cobijo a los masones que «fuesen víctima de persecución tanto por parte de la autoridad religiosa como política».

La Marca Cristiana conferida en el Templarismo hacía referencia a una marca que era trazada en la frente de aquellos que habían permanecido fieles a Jesucristo a través de las tribulaciones.

Otros grados de Marca que encontramos en el norte de Inglaterra son:

Marca Itinerante: se empleaba para que aquellos que se encontrasen de viaje solicitasen ayuda a otros masones, y se realizaba entregando personalmente, o haciendo llegar por medio de un intermediario, un folio en blanco doblado como un tríptico. El masón que recibía el folio doblado debía asistir al viajero, proporcionándole alojamiento, comida e incluso dinero.




Marca de Caín: la maldición de Caín y la Marca de Caín se refieren a los pasajes bíblicos del capítulo 4 del Libro del Génesis. Tras el asesinato de Abel, Dios condenó a Caín a errar constantemente sobre la tierra (de este modo, al ser Caín agricultor, le condenaba a no poder cultivar). Dios declaró que Caín estaba maldito y colocó sobre él una marca como advertencia de que cualquiera que matara a Caín provocaría la venganza de Dios. El signo que se empleaba era el puño cerrado con el pulgar erecto aplicado contra la frente. Este grado 


Caín huyendo a la tierra de Nod, por Fernand-Anne Piestre Cormon, c. 1880.

Marca NegraTras asesinar a Abel, Caín huyó a la tierra de Nod, donde erigió una ciudad fortificada cuyos habitantes se dieron a la idolatría. Pero entre el culto a los falsos dioses, Enoc se mantuvo fiel a la promesa del Mesías que algún día vendría. Y tal era la fe de Enoc en la venida de Jesucristo que no solo profetizó su primera venida, sino también su Parusía o segunda venida. Al hacer referencia a Jesucristo este grado no fue ubicado entre los grados bajo jurisdicción del Arco Real, sino que se confirió finalmente en el entorno del Templarismo.

El Juicio Final, por Juan de Borgoña (c.1510). Sala Capitular de la Catedral de Toledo.


Marca y Eslabón: En el grado de Eslabón y Cadena el Rey Salomón tiene por costumbre visitar y examinar las distintas partes del Templo, pero durante una inspección una amatista de la corona del rey cae al suelo. Un afortunado Masón de Marca encuentra la piedra preciosa que, situada en el lugar correcto de la piedra angular, revela uno de los Nombres de Dios. El toque de este grado de Marca se hace formando un eslabón con las manos, de ahí el nombre de Marca y Eslabón.

Jacob luchando con el Ángel
Gustave Doré (1855)
Marca y LuchaEn el grado de Marca y Lucha la ceremonia de concesión de la Marca se asoció con otro grado denominado Lucha de Jacob, en el que se conmemora la lucha de Jacob con el ángel tal y como aparece en Génesis 32, 24 - 31. Estos versículos narran la historia de cómo Jacob luchó con el ángel, quien no pudo derrotarle hasta dañarle la cadera. El ángel no reveló su nombre, pero le dijo a Jacob: «No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido».

En realidad es virtualmente imposible saber cuántos grados distintos de Marca se practicaron en el norte de Inglaterra durante el siglo XVIII. De muchos no queda constancia, y de otros como el grado de Marca Antigua, ignoramos su contenido, aunque aparece documentado en 1819 en la Logia Prince George de York. En el grado 5º del Rito Escocés Primitivo, denominado Marca de Compañero, se pide al candidato que dé la Marca Ciega, aunque bien podría referirse al Toque del grado.

Existe un grado irlandés que se suele incluir entre los grados de Marca, pero en el que realmente la marca juega un papel marginal. Se trata de la Cruz Roja Irlandesa, que en Escocia se denomina Pase Babilónico o Cruce del Puente. Si bien en el ritual de este grado se representa la salida de Babilonia y la llegada a Israel por parte de los capataces hebreos que posteriomente protagonizarán el Arco Real, en el transcurso de la ceremonia el candidato escoge una marca, la coloca sobre la Biblia y la cubre con sus propias manos mientras repite la Obligación. El Pase Babilónico aparece también en la Real Orden de Escocia, donde encontramos cómo al final del puente lo que aparece es la Torre del Descanso (que aparece pintada en las paredes del grado Rosacruz). Se halla igualmente presente en el Templarismo, en la Orden de Caballeros Masones (cuyo Gran Consejo se reúne anualmente en Dublín), y en el grado 15º Caballero de Oriente, del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, entre otros.

Lo dejamos aquí. Otro día hablaremos de otros grados muy emparentados con estos: los grados Harodim. 




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